domingo, 29 de mayo de 2016

Manresa, bulliciosa y abarrotada

(Corresponde al jueves 26 de mayo de 2016)

Ramón, taxista con fdenillo y voz sibilante, nos traslada desde Manresa a Artés mientras nos habla
de sus viajes a Madrid y sus paseos por la Plaza Real, el museo y la Calle Montera (sólo de paso, 
¿eh?) y nos acompaña al Ajuntament para preguntar por dónde se toma el Camino; nos dan un 
plano que ha hecho un vecino porque se pierde mucha gente y, al seguirlo, nos perdemos 
nosotros en un polígono industrial donde pasamos unos amenos tres cuartos de hora. 


El susodicho planito de marras.

Finalmente, conseguimos salir por los anises (sic) ,y comenzamos la ruta.

En ruta, pasamos junto a muchas casas de labor, que aquí, queridos niños, se llaman Mas.



Un Mas de los más señoriales que hemos visto. Con capilla y todo.

Llegamos a Navarcles tras ver como un colegio de niños disfrutaba en el Llac haciendo 
piragüismo, tirolina y bicicleta y hacemos un descanso donde nos tomamos unas bravas y 
unas croquetas (y estuvimos mucho rato).


Por aquí también hay grafiteros...


Seguimos adelante y, en un momento dado, llegamos a San Benet de Bages donde intentamos
ver el Monestir pero la empleada, siguiendo la norma repetida en este viaje, pregunta a su jefe
y nos dice que más nadas, así que nos vamos y Màxim pide que lo quiten del Camino. (No
quedó claro que había que quitar, si la empleada, la información del monasterio o el propio
monasterio). 


El Monestir en todo su esplendor (externo).


Dos animalicos para Yolanda.


"Mi casa" dijo Pep.

Pasamos Viladordis y paramos en la ermita de la Mare de Deu de la Salut donde bebimos en 
su fuente.

Seguimos hasta Manresa y, tras pasar por la misma coqueta escalera que domina nuestro 
hostal, 

comemos en el Tacu-Tacu donde nos sirve una amable señora (mamá atiende, dice el 
elegante hijo) para, después, intentando encontrar el Camino, pasar por unas huertas y unas 
fábricas en desuso donde vemos a unos gitanos rumanos bailando y cantando y oímos decir a
una de ellas “no puedo ir porque yo también tengo juicio”. Tras pasar por el arcén de una 
peligrosa carretera llegamos al punto neurálgico de la extensión de la etapa (habíamos 
decidido hacer 8 km más para reducir la última etapa) y descubrimos que, por donde tenía 
que haber un camino que nos permitiera pasar por debajo de la autopista, no lo había y 
teníamos que cruzar dicha autovía en plan suicida y decidimos llamar a un taxi y volvernos a 
Manresa dando por finalizada la etapa.

Algunas fotitos de Manresa:




Por la noche disfrutamos de las abarrotadas terrazas y bares de Manresa donde pudimos 
estar hasta las tantas porque Manresa es la ciudad que nunca duerme.

Peregrinos extasiados con Manresa la nuit.
       

3 comentarios:

  1. Ay señor, nos quejamos por todo. ¿cruzar una autopista? ¿y que es eso para tan baqueteados caminantes?

    Acordaos de Portugal y la 306...


    ResponderEliminar
  2. Etapa llena de inconveniencias...es la vida ¡¡¡
    Al menos habéis disfrutado la noche Manresiana
    Exther

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena por completar el camino planeado, echo de menos una impresión general de los caminopateantes acerca del mismo, si nos vemos en algun momento ya os la preguntaré.
    Bienvenidos a casa de nuevo

    ResponderEliminar